Espero disfruten la lectura. Descargo de responsabilidad: Naruto no me pertenece, pertenece a su creador Masashi Kishimoto. Por ahora, en aquel momento mientras el sol iluminaba la aldea luego de el caos del cía anterior cuando su líder apareció en la puerta de su hogar solo para desmayarse, en el hospital un rubio conocido por todos y respetado por muchos empezaba a abrir los ojos mientras maldecía al astro rey por impedirle seguir durmiendo, aunque por alguna razón se sentía ese día con muchísima mas energía de la que recordara tener en un buen tiempo. Se levanto un tanto desorientado, supongo que aun no me recupero por completo, fue lo que pensó en lo que llevaba una de sus manos a su cabeza para sujetarla tratando de mitigar la migraña al tiempo que cerraba sus ojos para que la luz no le molestara y respiraba profundo para intentar enfocarse lo cual le llevo algo de tiempo lograr. Empezaba a sentirse ansioso, por alguna extraña razón que no llegaba a entender, sentía que todo era mucho mas grande que el en aquel lugar, pero aquello era imposible, nada cambia en cuestión de una noche y aun así es no disminuía su sensación de que todo lo que lo rodeaba parecía no ser real y debido a eso recordó su propio y particular sueño, sueño que casi se podría decir estaba cerca de ser un recuerdo de su pasado. Después de todo, se vio a si mismo cuando era solo un niño hiperactivo cabeza hueca y a su lado estaba su esposa rubia, la cual se agachaba para besarlo en sus labios, - eres todo un niño travieso por querer besar a tu Okaa-san - recordó que le decía mientras le sonreía coqueta, eso era algo que recordaba que cuando quería solía decirle Tsunade mientras un hermoso sonrojo adornaba su rostro. Aunque claro le sorprendía que en aquel sueño fuera un niño de nuevo, no entendía porque de ese sueño pero no le dio importancia en ese momento pues parecía disfrutar de aquella vida tan familiar entre los tres, sin embargo ahora con todo lo que sucedía a su alrededor no sabía porque ese sueño empezaba a ponerlo nervioso.
Tibia - Estela Aguilar………………………………………………………………………………… 57 Poemas - Beatriz Calvo…………………………………………………………………………… 59 Un tren denial es una oruga - Jorge Omar Viera……………………………………….. No seré yo quien discuta la ingeniosa frase del cómico porque nunca estuve en contra del arrepentido del humor, todo lo contrario, fault embargo, mentiría si digo que denial me molesta que seamos siempre nosotras las protagonistas de ese tipo de broma. Los cuarenta y nueve premios Nobel femeninos contra los ochocientos treinta y tres masculinos hablan por sí mismos. En aquellas oficinas, el cuerpo femenino estaba reñido con la inteligencia. No voy a enumerar todas las situaciones difíciles a las que tuvieron que enfrentarse para conseguir sus objetivos las mujeres que fui, pero me resulta inevitable mencionar el sufragio mujeril. Me llena de impotencia saber que por los siglos de los siglos nuestras voces han sonado como un reflejo que se ahoga dentro de una cueva. Si un hombre levanta la voz, grita, se le supone autoridad. Si una mujer levanta la voz, grita, se le supone nervios. Yo hoy tengo ganas de gritar: Señores, nosotras también existimos.
Esta pregunta. Es analógico, empero nos anticipate en cambio qué clase de vida valora. Y esta en. Cambio nos puede becar a conocer qué rostro personales aprecia en otros individuos. Esto nos. Da pistas sobre cómo se autopercibe o qué cree que le singulariza o representa.