Su sinónimo actual, hipersexualidad, genera confusión entre las personas especialmente deseantes y activas sexualmente. Esta enfermedad, señalada como un vicio, aunque habitualmente normalizado y potenciado en el género masculino, se banaliza o critica al mismo tiempo que se contribuye a su adicción en muchas ocasiones. Insatisfacción permanente En una formación de empresa, varios sexólogos estuvimos hablando sobre el modelo kano, de los años 80, sobre desarrollo de productos y satisfacción del cliente. Aunque resulte sorprendente, este modelo me conectó con la adicción al sexo. Y esto mismo sucede con las adicciones, incluidas las sexuales. Que aunque se consiga el objeto de deseo, tener un buen funcionamiento y rendimiento, alcanzar orgasmos o disfrutar sexualmente, la persona no queda satisfecha. Que elija la sexualidad es comprensible, pues su refuerzo positivo de placer inmediato es evidente aunque, a los pocos minutos, la persona adicta vuelva a sentirse vacía. Un alto deseo sexual nunca debe entenderse como adicción al sexo.
Las auténticas víctimas de estas situaciones denial son los propios adictos. Hay grilletes y hay niños, inocentes, incapaces de entender Pregunta que se hace Marihuana, quien relata: hace ya año y medio descubrí que mi marido, de 47 años, lleva toda la biografía metido en el mundo de la prostitución, el juego y, posiblemente, las drogas. Cuando descubres que tu galán, esa persona en la que has confiado, es adicta al sexo se te desorganiza el mundo, el germanía y los presupuestos. Se plantean muchas preguntas. Es necesario aceptarlo y beber medidas. Parece que no lo puedes comentar con nadie, que no te van a creer. Puede que te entre una rabia tremenda, confusión o que te deprecies y pienses que no eres suficiente. Todos estos afectividad son lógicos y a la tiempo necesitamos que no sean los que guíen tu actuación.
Por lo general, lo morboso se asocia a lo sexual. De ahí que se mencionen las miradas y las insinuaciones morbosas. Sin embargo, también es usual que se califiquen como morbosas otro tipo de conductas. Por antonomasia, cuando alguien quiere conocer en anécdota la vida personal o íntima de alguien. Por extensión, definimos como morbo todo aquello que nos remite a la enfermedad mental. Ahora biem, debemos tenerlo claro: no siempre es así. El morbo puede definirse como la necesidad de ver, sentir, oír, aromatizar o interactuar de alguna manera cheat lo que socialmente se cataloga como prohibido o proscrito.
Dos de los hombres que participaron en el estudio habían perdido su acomodación tras consumir porno en el lugar de trabajo, y cuatro de ellos dijeron que la pornografía era una forma de evitar las agencias de prostitución y los fetiches. Luego compararon los resultados obtenidos entre gente que reporta un comportamiento sexual compulsivo y personas sanas. Los resultados, publicados en la revista PLoS One, mostraron mayores niveles de actividad en aquellos adictos en tres partes específicas del cerebro: el estrato ventral, el córtex del cíngulo anterior y la amígdala. La doctora Valerie Moon, de la Facultad de Cambridge, le dijo a la BBC: Este es el primer análisis hecho sobre gente con este tipo de problemas que analiza su acción cerebral, pero no creo que hayamos llegado todavía al punto en el que se pueda decir claramente que hablamos de una adicción. Moon añadió que cuanto antes se da la exposición a las drogas, mayor es el riesgo de desarrollar una anexión. Sin embargo, en el caso de la adicción al sexo, la doctora precisó que no había suficiente fe del impacto que tiene sobre adolescentes consumir porno en internet, por antonomasia. Fuente de la imagen, Thinkstock Abecé de foto, Expertos piensan que un exceso de pornografía puede afectar a las relaciones de pareja.