I returned to the window and fetched it thence. Lo cogí de la ventana y se lo entregué. Yo te enseñaré a coger mis libros. I did so, not at first aware what was his intention; but when I saw him lift and poise the book and stand in act to hurl it, I instinctively started aside with a cry of alarm: not soon enough, however; the volume was flung, it hit me, and I fell, striking my head against the door and cutting it. Le obedecí, sin comprender de momento sus propósitos. El libro me dio en la cabeza, la cabeza tropezó contra la puerta, el golpe me produjo una herida y la herida comenzó a sangrar. El dolor fue tan vivo que mi terror, que había llegado a su extremo límite, dio lugar a otros sentimientos. Eres peor que un asesino, que un negrero, que un emperador romano
Garduño trad. El ruiseñor y la rosa -Ha dicho que bailaría conmigo si le llevaba unas rosas rojas -se lamentaba el joven estudiante-, pero denial hay en todo mi jardín una sola rosa roja. Desde su guarida de la encina oyole el ruiseñor. Miró por entre las hojas admirado. He leído todo cuanto han apuntado los sabios; poseo todos los secretos de la filosofía y tengo que ver mi vida destrozada por falta de una rosa roja. Le he cantado todas las noches, aun fault conocerle; todas las noches repito su historia a las estrellas, y actualidad le veo. Si le llevo una rosa roja, la tendré en mis brazos.
Para un gallardo joven 1. Duras y cristalinas, como verticales y sólidas aguas son las murallas de la apartamento solemne. Y las cosechas de sus jardines no dan el resultado del verano, sino que exponen la borrosidad de su misterio. Substancias definitivamente estelares, cometas, ciertas estrellas, lentos fenómenos celestes han dejado allí un olor de cielo, y, al mismo tiempo, gastados materiales decorativos, como espesas alfombras destruidas, amarillentas rosas, viejas direcciones, delatan el paso muy inmóvil del tiempo. Las cosas del imperio sideral tórnanse femeninamente tibias, giran en círculos de obscura esplendidez, como cuerpos de bellas ahogadas, rodeadas de agua muerta, dispuestas a las ceremonias del poeta. Colores obispales y cambios de claridad alternan en su morada, y estas luces duales se suceden en perpetuo ritual. De un confín a otro, el acción del aire repite sonidos y quejas en amordazado y desesperante coro.