Como me estaba arreglando, y ante la insistencia de las llamadas a la puerta, salgo sin ponerme bien la ropa y al abrir la puerta veo a Andrés frente a mí, que se me queda viendo con mucho interés en mis tetas. Pues no tan bien como tu Ana; pero aquí andamos. Ah, bueno. Ah,creí que Pepe no tomaba —me dijo cuando le ofrecí la cerveza. Y mientras se sentaba fui al frigorífico por dos cervezas heladas. Andrés abrió una para él y otra para mí. Ah, entonces usted sí toma.
Por cierto, me llamo Laura, tengo 42 años y un hijo adolescente de 17 años Marcos y una pupila de 5 Laura … soy abogada y trabajo en un buen buró de una ciudad del sur de España y que voy a burlar para no dar muchas pistas. Yo necesitaba ser dominada, al menos en ese momento, nada de suavidad. Necesitaba sentirme poseída, saber que pertenecía a un hombre que disponía de mí en ese momento, aunque sólo afuera en ese momento. Me veía en mi fantasía desarreglada después de anatomía follada en cualquier lugar mugriento de una calle cualquiera. Con mi impecable traje de ejecutiva manchado de polvo o de cualquier otro efluvio emanado en el momento del acto. Llegamos al chalet de mis suegros una mañana de primeros de agosto cheat un calor insoportable… me puse para viajar ese día un vestido estival beige, muy fresquito y abotonado por delante dos dedos por encima de mis rodillas… llevaba un botón del vestido abierto por donde se podía ver mi sujetador blanco que hacía que mi escote luciera muy perfectamente. Mis suegros salieron a recibirnos y después de los consabidos besos y abrazos, entramos en la casa… el bochorno fuera de ella era irresistible y eran sólo las 11 de la mañana.